Solo puedo entreabrir un ojo, pufff cuanto me cuesta, miro
el reloj, si, solo son las 3.12 de la mañana!!!! Pues vamos,… arriba, que como
te des la vuelta, no te mueves…y además llevas dos minutos haciéndote el
remolón.
Todo estaba preparado, el desayuno, esa ropa tan molona que
llevas y tu fiel compañero en las próximas horas, tu querido frontal. Desayuno
rápido, pero bien, abundante y ligero, creo que todo esto nos es posible en una
sola comida. Dejo pasar un poco de tiempo mientras me visto. Todo está en
calma, un coche que pasa, un ladrido a lo lejos, pero nada más.
Es la hora, activo el reloj, buscando satélites,… me pongo en marcha.
En los primeros metros, todavía por ciudad, no es necesaria
luz extra, compruebo que llevo todo, toqueteo la mochila, los bidones, el
frontal, es todo un ritual,… nos marchamos de la luz de la ciudad.
Me resisto a encender mi luz, quiero disfrutar del poco
reflejo que me llega todavía de la
ciudad y adaptar mi visión, lo voy consiguiendo, me cuesta algún tropezón, pero
es parte del juego. Al adentrarme en un encinar todo es muy oscuro, como un
pasaje de cuento tenebroso y como por arte de magia, se hace la luz… enciendo
mi frontal y le regulo para llevarlo al mínimo,
quiero agudizar mis sentidos.
Corro de manera alegre, quiero ver el sol en la cima que he
pensado, el tiempo pasa, corro en busca de las cuestas que me llevaran a lo más
alto. Las empiezo a subir con ritmo pero en ocasiones me obligan a caminar. Sigo
hacia arriba y la luz hacia abajo, seguro de donde piso.
Comienza a verse la claridad del amanecer, la temperatura ha
bajado, se nota en mi aliento. Me quedan unas rampas para hacer cima… lo
consigo… si, estoy arriba, las primeras
luces del día asoman por otra cima más lejana y me iluminan. Se me dibuja una
sonrisa y se me graba una imagen.
Esta si es manera de empezar el día.
@PablerasJim
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